Le había prometido quedarme con él esa noche, bueno quería aprovechar para
hablarle y recordar, pero sobre todo era para recordar, como cuando mi hermana y yo le
llenábamos de talco el ombligo y luego solo nos echábamos a dormir peleando por dormir sobre su barriga, o como
cuando mirábamos hacia arriba y su barriga era tan pero tan enorme que parecía embarazado o cuando me lanzaba agua desde la
ventana de la cocina mientras me encontraba al otro lado lavando mis zapatos, aquellos que eran mis favoritos y él echaba a reír tan fuerte, pero tan fuerte que lo último que yo sentía era rabia, luego le devolvía la mayor cantidad posible de agua desde mi lado y en ese intercambio solo podía pararnos el grito estridente y abrumador de mi madre, o cuando en lugar
de ir a la aburrida y concienzuda misa de domingos por la tarde nos quedábamos
comiendo zanahorias con limón y sal, sin embargo, lo único que recordaba ese momento mientras prometía
quedarme con él fue que lo odiaba... odiaba tanto esa situación, odiaba verlo
rendido, odiaba no haberlo querido a tiempo y que tal vez el no me quisiera a mí,
lo odiaba a él por morirse y decidí no quedarme con él, tanto así que esa noche Andrés se trago una
moneda, tuvimos que correr al hospital, toda la atención se desvió hacia la moneda y
el protocolo hospitalario, y entonces concluí olvidar que tenía que ir a quedarme con
él, aun así, en ese momento, mientras tomaba su mano bajo la falsa promesa, el lo supo todo e hizo un esfuerzo sobrehumano por despedirse
de nosotras, mi hermana como siempre salió con sus bobadas mostrándole su panza
de embarazo, como si aquello tendría importancia, claro que la tenía pero mucho después, no en ese momento. Yo solo apreté su mano y él apenas pudo
llorar.
A la mañana siguiente el teléfono sonó al rededor de las seis am, era
precisamente la llamada tan anunciada a la que todos nos negábamos a contestar, para cuando
llegaron mi madre y mi hermana eran las ya las siete, ya todo había terminado o estaba por empezar.
Hora de la muerte: nadie lo supo, mi madre prefirió creer que fue a las 7:15 y bueno yo preferí no creer...