sábado, 19 de enero de 2013

solo somos flying quills...




Solo somos flying quills en la arena, esperando que una corriente de aire, tal vez pasajera, nos levante y muestre un poco más de los horizontes que quizá nunca alcanzaremos...  (E.C)



Días como este, un poco frío, un poco tenue, un poco nostálgico me genera un ligero malestar de no sé que, traspasa mi pecho o estomago o  alma o en donde mierda será! yo no lo se.

Se me viene a la mente una vieja amiga... la Esther... donde andará, tan saltimbanqui Esther, de seguro esta esperándome para tomar el té con un par de galletas y ponernos al día. Ahsss pero esta Esther, como siempre, no da hora ni lugar y menos día, vaya a saber la Esther de esas cosas!! ella siempre sabía como encontrarnos... traigo a la memoria las veces que solía visitarme y jamás anunciar su llegada, aún lo hace en ciertos sueños que no logro recordar con precisión.
Una vez un amigo se la encontró mientras hacía algunas vueltas de trabajo, fue como si ella estaba lista, esperándolo, posterior a ello me llamo para juntarnos, eso, en lo absoluto fue por casualidad, fue porque así ella lo había querido, ese día se le ocurrió hacer fritada para celebrar a lo Ambateño nuestra llegada. ah! y recuerdo que al día siguiente de la noche de vinos, comida, conversaciones interminables y cigarros hizo este comentario: "me duele la espalda, la pobre esta toda morada...y tengo una cara que dice CULPABLE por todos lados jejejejeje (culpable pero feliz de serlo jajjajajaja)" 
claro! pero por supuesto este comentario se presto para especulaciones de todo tipo! No la había visto así de contenta excepto el día que nació Ian; bueno, es que no le había ido tan bien en ese último año, posteriormente todo fue satisfacción en ella, estaba tan emocionada que un día zas! se le ocurrió morirse, pinche Esther, se le ocurrió morirse  a los 22 años y bueno a todos nos dejo con un sentimiento incompleto. Su muerte fue  de lo mas súbita e inesperada al puro estilo Esther, nos dejo estampados en la duda.
Ese mismo día en Manta ocurrió una especie de tormenta con fuertes vientos, acontecimiento jamás antes visto por nosotros, por los que llevábamos viviendo en ese lugar desde el uso de la memoria, llegamos a creer que ella se estaba despidiendo (uno siempre llenando el saco de esperanza) luego de eso se quedó colgada en  recuerdos fluctuantes que cada vez se hacen mas esporádicos; sin embargo, sigue allí, en algunas conversaciones, escondida entre palabras que no se dicen y sentimientos que no se manifiestan, estoy convencida de que nos está esperando para esa última fiesta... 
En aquel entonces jugábamos a la casa club...
El club de la serpiente se esta desliendo de este lado para reunirse del otro y la Esther estará de anfitriona... 





Estoy aquí sin existir...mi mente pasea por recuerdos de tiempos casi olvidados, buscando lo que no está perdido, batallando contra una falsa realidad… (EC)






 

2 comentarios:

  1. Un texto transido de nostalgia , de la levedad del ser y el existir.Un abrazo.

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  2. saludos mi buen amigo, la muerte, tan parte de nosotros como la vida misma...

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