jueves, 9 de julio de 2015

Para vos.

Carta para un humano cualquiera:

Quisiera decirte tantas cosas, decir por ejemplo que te pienso, y que dentro de mis fantasías vos y yo somos dos tonos vocalizados en contralto, armónicos, en magnifica sinfonía que van  al compás del deseo, a veces andás desafinado, pero eso podría ser lo que más me guste de vos.
En otras ocasiones somos lluvia y juntos descendemos, resbalamos, danzamos, somos impregnados en bocas, manos, aceras, mares, lugares y situaciones hasta innombrables  y entonces  nos desleímos, nos evaporamos y nos volvemos a reconstruir repitiendo el ciclo de manera intermitente, jugando a encontrarnos, como cuando uno quiere alcanzar el cielo en la rayuela saltando las casillas en un solo pie.
Mientras escribo suena esa canción de Jobim que me pone los pelos de punta, esa que vos sabés y entonces pido redención por lo escrito arriba, lo que quiero decirte es esto que siento, lo más profundo, dejando de lado la cursilería poética que escribo, yo siempre he sido la caperucita, eso lo digo honestamente,  el rojo siempre me ha sentado mejor, en mi cuento la caperucita es quien termina matando al lobo, y no es por defenderse, es por el puro placer de destruirlo, y quiero decirte también,  que eso es lo que más me seduce. En esta cacería quisiera demostrarte mi amor de esa manera, pudiendo engullirte  en todo los sentidos.
Luego me lo pienso y me doy cuenta de lo imprudente y expuesta que me pongo cuando estoy frente a tí, aunque utilizar la palabra  “frente” no está del todo clara, siempre termino sincerándome con vos.
Hombre solitario, me permito que te acerques, que intentes comerme, pero debo advertirte que en mi es probable que ya no exista mucho que devorar. Rememoro las ocasiones en las que el lobo ha tenido ya nombre y entonces disfruto recordarlo.

Pero así puedo pasármela enumerando y arrastrando carretillas llenas de letras, enlazándolas para seguir plasmando esta carta, y lo único que puedo decirte a ti, lobo estepario que te escondés entre el vino y los cuadros más bonitos del expresionismo,  modernismo, futurismo o millón ismos, te digo a ti, mi hermoso humano, intento de lobo, en esta cacería yo jamás saldré a buscarte,  yo  siempre  estaré aquí esperándote aunque eso vos ya lo sabés.

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